"Los juguetes ayudan a desarrollar la personalidad infantil. Nos recuerdan quienes fuimos y quienes somos.

En la infancia son un objeto funcional y emocional, que nos transportan a recuerdo y sensaciones que han ido conformando nuestra personalidad.
La dinámica tencológica del siglo XXI amenaza con llevarse objetos que han sido valiosos en nuestras vidas. El juguete puede quedar aniquilado por el diluvio tecnológico, pero guardamos lo esencial.
Noé construyó un arca gigante con fuertes patas para transportar los juguetes a un sitio seguro. En la Arcaraña se hospedan creadores de juguetes, niños testadores de esos juguetes y un ejército de mini-robots que se encargan del mantenimiento y del buen funcionamiento durante el viaje.
El juguete es un tesoro que debemos proteger y conservar."